9.1.10

Domus

Ahora toca encontrarse con la Casa de los Mosaicos o "Domus". Me desplazo hacia la calle Doctor Castro o más conocida como calle de las Dulcerías, y no es de extrañar pues un exquisito olor a croissant invade la calle y tres suculentas confiterías te guiñan el ojo desde los bajos de la misma, vaya! un auténtico sacrificio para los glotones. Llego a la puerta del museo en cuestión y me dicen que no se puede sacar fotografías del interior, pero que si puedo pagar una entrada...menos mal que tenía el carnet de estudiante! Ya pagada ésta, y con pleno derecho a vagar por las instalaciones, me dirigo a descubrir la domus romana.



Por dentro puedo decir que es fascinante, siempre y cuando te apasione la cultura romana, sino calificarías este museo de tostón! Para mí fue magnífico poder ver como se estructuraban los hogares pudientes en tiempos de Paulo Fabio Máximo (caballero romano a las órdenes del legado de César Augusto). Numerosas estancias dedicadas a dioses a través de pequeñas referencias en los mosaicos con la creencia de la buena suerte o felicidad, o también el trabajo minucioso que se realizaba en pequeños utensilios, como es el caso del candado de esta casa.

Aún sorprendida por todo lo que nuestros antepasados romanos nos dejaron en herencia para empatizar con ellos, me dirigo a la Plaza del Campo Castillo, donde he quedado con unos amigos para tomar algo a última hora.



En esta plaza se encuentran algunos locales que cuentan con una buena fama para tomar algo, precios económicos y sobre todo buenas tapas, con productos locales y que son gratuítas!

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