Plaza de la Soledad

Dando un pequeño rodeo para conocer un poco más las calles de la ciudad, recorriendo la Rúa Nova, llegué al fondo de la Plaza de la Soledad. Donde me esperaban la iglesia de San Pedro y el Museo Provincial.

La iglesia de San Pedro pertenecía al antiguo convento franciscano y se dice que San Francisco lo fundó durante la peregrinación que hizo a Santiago de Compostela en 1214. Además de de iglesia, del convento se conservan la cocina, el refectorio y el claustro, integrados en el Museo Provincial ya que está contiguo. El conjunto se declaró Monumento Histórico Artístico en 1931. Artísticamente es una joya del gótico mendicante, en la que destaca su rosetón lateral.

El Museo Provincial es un importante museo arqueológico que muestra obras interesantes de pintura, escultura y arquitectura. Tiene una gran colección de orfebrería prerromana (torques, brazaletes y ídolos de oro, entre otros) entre la que destaca el torques de burela de 2 kilos de peso. También cuenta con exposiciones temporales, actualmente se exponen ocarinas islámicas, romanas y arábigas. La entrada es gratuíta pero el fallo primordial que presenta el recinto es que no se pueden sacar fotos dentro, aunque esto es razonable por las condiciones de conservación que han de tener las pinturas y esculturas, así como otros objetos.

Después de darme una vuelta por el interior y perderme por las 32 salas, toca encontrar un sitio para comer algo por la Rúa Nova ya que tiene fama reconocida. Si tengo tiempo y para bajar la comida, me acercaré hasta el Pazo de la Maza que es un pequeño centro comercial en la vida de intramuros. Y ya por la tarde me perderé por la Plaza del Campo y las pequeñas callejuelas de alrededor e iré a ver la Casa de los Mosaicos.